miércoles, 5 de enero de 2011

CONTINUACION EN LAS ORIENTACIONES PARA DESARROLLAR LA GUIA No.1

GUÍA No. 1:  PROBLEMAS HISTÓRICOS QUE NOS PLANTEAMOS LOS LATINOAMERICANOS

SOLUCIÓN A ESOS PROBLEMAS DE DESUNION DE AMERICA LATINA  
Fragmento tomado del artículo La integración en América Latina  del Dr. Augusto Batista, artículo publicado en:
http://www.monografias.com/trabajos31/integracion-america-latina/integracion-america-latina.shtml

“De lo analizado hasta ahora se desprende que para Vivian Trías fundamentalmente la supresión del subdesarrollo, la liberación del imperialismo, exigen la unidad nacional latinoamericana. La integración económica y política del continente y la conquista plena de su soberanía son caras de un mismo prisma. Esta integración se vincula históricamente con los proyectos integracionistas sustentados por Simón Bolívar, Monteagudo y José Artigas. Es decir, hay una continuidad histórica entre una y otra. Es el marco de la unidad continental que las naciones pequeñas ( Bolivia, Paraguay, Uruguay) pueden llevar adelante el desarrollo y la liberación. Es decir, que unidad y liberación van juntas.
En los inicios de los años 60 del siglo XX cuando América Latina se debatia entre la llamada Alianza para el Progreso propuesta por los Estados Unidos de Norteamérica particularmente por la administración Kennedy y el ejemplo de la revolución cubana encabezada por Fidel Castro. Cuando además la cuestión de las vías ( ¿lucha armada o lucha electoral? ) de la revolución y la revolución socialista en el continente latinoamericano estaban en el orden del dìa de la discusión en la izquierda latinoamericana. 
El historiador uruguayo Viviàn Trìas, entendía que la transformación revolucionaria de nuestra realidad es la única solución para superar el subdesarrollo, alcanzar la justicia social, para conquistar la soberanía nacional. La fase nacional y la fase socialista son las dos fases por las que ha de pasar la revolución latinoamericana. Que es la continuidad histórica de la primera independencia que realizara la unidad federal de nuestro continente.
En la mitad de los años 60 del siglo XX en que se produce una transformación de política norteamericana que repercute en América Latina y el Caribe. En donde se pasa de una política de "equilibrio de poderes" y de "balcanización" hacia una política integracionista que se funda en los cambios estructurales del capitalismo. El historiador uruguayo, manifestaba que la integración del continente austral es en el siglo XX una necesidad histórica. El tiempo de la balcanización latinoamericana ha arribado a su ocaso. La integración se producirá de cualquier manera. Es decir, puede concretarse para afianzar el subdesarrollo y la dependencia colonial, o puede realizarse para superar el atraso y liberarse de la opresión imperialista. La integración en si misma no es nada mas que un instrumento, una herramienta, un medio. Todo dependerá de a que estructuras servirá la integración, a que pautas favorecerá. En otros términos, integración para la servidumbre o integración para la liberación. Es claro que la integración liberadora en Latinoamérica, para Trías, tiene que operar sobre las bases de soberanías nacionales efectivas e igualitarias.
Es decir, sin abusos, ni prepotencias, ni satélites mayores, ni menores, ni países dominantes y dominados. Es así que, solo desde ese punto de partida se podrá construir la gran nación latinoamericana. Sin patrias soberanas no habrá integración valida y fecunda. La integración latinoamericana, para Trías, debe ser entre iguales, sin tutelas o hegemonías. No se trata de canjear una dependencia por otra. Pero en la realidad en el continente hay potencias (relativas) cuyas decisiones son determinantes para concretar un proceso integrador y liberador. Esas potencias relativas son Argentina y Brasil. Es decir, la dialéctica relación argentino-brasileña. Su enfrentamiento o acuerdo, han sido decisivos en la historia de Sudamérica. La estéril rivalidad argentino-brasileña equivale a desunión y debilidad del continente. Favorece la integración dependiente.
Su unidad, su cooperación en un bloque activo y aglutinante, será decisiva para el curso de la integración liberadora. Esto es debido a razones de carácter territorial, poblacional, económico, de recursos naturales, de parque industrial, geopolítico e histórico. El bloque argentino-brasileño, regido por regímenes populares y liberadores, es una doble garantía contra cualquier tentación de predominio. A fines de los años 70 del siglo XX cuando los pueblos del tercer mundo particularmente Latinoamérica luchaban por un nuevo orden económico internacional, Trías entiende, que para lograr ese nuevo orden desde la perspectiva latinoamericana es necesario pactar un nuevo statu quo con los Estados Unidos, desde posiciones de fuerza y sin desligarse del resto del tercer mundo. Es por eso, que la integración en Latinoamérica se vuelve algo prioritario.
El continente latinoamericano si desea alcanzar las metas de su desarrollo económico, de una justa distribución de su ingreso, y de una democracia pluralista estable debe liberarse de su dependencia. El negociar entonces un nuevo statu quo con los Estados Unidos que no trabe inexorablemente su desarrollo es algo importantísimo.
En lo que se refiere concretamente al Uruguay, Trías entiende, que en el último cuarto del siglo XIX se afianza el Uruguay como estado tapón y engranaje del equilibrio platense. Sobre esta condición se dedicará su historia del siglo XX hasta la década de los 60. Entre tanto el Imperio de turno -primero Gran Bretaña y luego Estados Unidos- valoró enfáticamente el rol del Uruguay en el rompecabezas del equilibrio de poderes trazado en su exclusivo provecho. Cuando el integracionismo sustituye a aquel como fundamento de la política imperial, Estado tapón es descuajado de los rulemanes sobre los cuales se movió, exitosamente, por tantos años.
La crisis estructural, el astillamiento de su sutil régimen político y el cuestionamiento de su condición de pieza indispensable en el equilibrio de la zona, son las vertientes esenciales de la encrucijada en que se debate el país desde a fines de la década de los 50. El Uruguay, según Trías, vacila en una bifurcación inexorable: integración monopolista y dependiente o integración liberadora, reviviendo las hoy más lozanas que nunca banderas federales del artiguismo. Eso si lo que parece irreversiblemente marchito, lo que yace moribundo, es el rol de Estado tapón equilibrante, que fuera esencia de su vida histórica por un siglo a partir de la Triple Alianza.”

Ahora contando con este material, podemos desarrollar las guías que nos presenta la cartilla de CIENCIAS SOCIALES 9° grado del MINISTERIO DE EDUCACIÓN NACIONAL con la Coordinación Pedagógica y Editorial del Doctor Hernando Gélvez Suárez Supervisor de Educación.
Muchos éxitos.